Los corridos como testimonio
de la revolución mexicana
¿Medio auxiliar de la docencia?
Para
Vicente Mendoza, quien es uno de los principales investigadores de este genero musical, el corrido es un genero épico-lirico-narrativo de rima que
relata aquellos sucesos que hieren poderosamente a sensibilidad de las
multitudes, por lo que tiene de épico, deriva del romance castellano y mantiene
normalmente la forma general este, conservando su carácter narrativo de hazañas
guerreras y combates creando entonces una historia por y para el pueblo, por lo
que encierra de lirico, deriva de la copla y el cantar y engloba igualmente
relatos sentimentales propios para ser cantados, principalmente amorosos,
poniendo las bases de la lirica popular sustentada en coplas aisladas y
seriadas[1].
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Los
corridos son una forma musical popular que ha sido transmitido de boca en
boca y que se distribuye por medio de hojas impresas en papeles
multicolores impresas en casas
editoriales de modesta apariencia para luego ser distribuidas entre el vulgo. Constituyeron,
como lo dice Yolanda Moreno Rivas, durante mucho tiempo una forma de periódico
por medio de la cual el pueblo se enteró de los cambiantes sucesos que se
dieron en las diversas etapas de nuestra historia dentro de estos se narraban
historias de batallas, levantamientos, asesinatos, y todo lo que acontecía, era
un medio para dar a conocer de forma clara y precisa lo que a la gente la
parecía novedoso[2].
Este
tipo de expresiones musicales tienen su antecedente en el siglo XIX donde este género ya había dado sus primeros
frutos. Históricamente el corrido se ha clasificado en tres periodos
principales, el primero abarca desde la independencia hasta el ascenso de don
Porfirio Díaz, el segundo desde los principios de la dictadura hasta 1910 y el
tercero desde los inicios de la revolución hasta nuestros días,[3]
en sus inicios las composiciones fueron muy regionalizadas, pero fueron tomadas
por los revolucionaros posteriormente para ser cantadas dentro de sus filas,
para glorificar batallas y brindar esperanza a la tropa, estas canciones aun no
narraban las historias del campo de batalla sino que eran un medio para alegrar
a la gente y mantener sus mentes ocupadas
el
auge del corrido puede ser ubicado dentro de la etapa revolucionaria, momento
en el que se necesitaba exaltar a los personajes que se encontraban en batalla
y se le colocaron tintes pintorescos y descriptivos por los que pasaron los
personajes de las luchas revolucionarias que se pueden comparar con héroes. Hubo
canciones dedicas a Villa, Victoriano Huerta, Carranza, Emiliano Zapata, así
como de soldados raso, mujeres y cualesquier personaje que sea digno de
señalarse por alguna hazaña en el campo de batalla.
Los
corridos pueden ser encontrados en cualquier parte del país siendo una
excepción la zona de, Yucatán, Campeche, Chiapas, y Tabasco, pero son
ampliamente conocidos los corridos norteños y la región central y en algunas partes
del sur en las que hubo personajes importantes. Esta distribución geográfica de
los corridos nos hace entender que la importancia de los corridos se dio
fundamentalmente en la zona centro y norte donde había levantamientos y que era
necesario mantener el espíritu revolucionario.
La forma
de dar a conocer estas canciones era por medio de los cantadores que iban de
pueblo en pueblo y solían trabajar con un palero, que además recogía los
dineros de los espectadores. Su forma de llamar a la gente era muy peculiar
como lo relata Salvador Morales iniciando con una invitación que decía asi:
¡Acérquense, valedores!- animaba el palero- ¡van a conocer las hazañas del
famoso Heraclio Bernal, hombre valiente
a carta cabal![4], así
cada de que se quería hacer alguna afirmación o motivar a la gente a seguir
escuchando, el palero interrumpía hacia una reseña y continuaba la canción, era
una manera de anunciar lo que seguía en la historia que se estaba cantado.
Estos
cancioneros de feria dieron gran impulso a la canción popular, de entre las
canciones que se realizaron en las escuelas con fina notas delicadamente
estudiadas, hubo muchas que se volvieron parte de las canciones populares, como
la de la paloma de Sebastián Iradier
que se crea en el siglo XIX y que se toma por el pueblo en años posteriores,
por el populacho y se canta de forma común en cualquier lugar.

Además
de las crónicas políticas y guerreras, los corridistas no dejan de ocuparse de
los temas de delitos y paciones, así como de los héroes anónimos que luchan por
la causa, desconocidos por muchos y conocidos por sus tropas, sepultados con honores como si fuera un
importantes general, condecorado en la tumba y recordado por muchos siendo el
ejemplo de las generaciones siguientes quienes sabrán que murió por el bien de
la Revolución. Ejemplo fiel de que todos en cualquier parte del país habían
luchado por la causa revolucionaria.
Uno
de os temas más recurrentes después de las muertes, era el de la mujer, así
podemos encontrar canciones como la Adelita,
la rielera, la valentina, entre otras, que se crean por músicos cultos y
que se cantan entre las filas, ya que nacen a partir de la mujer que se va en
las filas de la revolución siguiendo a a sus hombres y otras por
convicción propia, sirviendo en el campo
de batalla como enfermeras, cocineras, recolectoras de armas y otras más, que
no se conformaron con el reconocimiento de su labor, se fueron al campo de
batalla y crearon la imagen de la soldadera, mujeres que se vestían de hombres
y que combatían como tal, llegando a ser incluso capitanes y dirigentes de
batallones inmensos que demostraron que eran también capaces de ganar una
batalla. Las Adelitas por su lado eran consideradas las querías de la tropa,
las prostitutas que cambiaban de hombre como según le conviniera.
Allá
en la ensangrentada campiña, los Dorados, los Pelones y las soldadoras llenaban
sus ocios y ahuyentaban el tema con canciones frescas y alegres como Cielito
lindo, satíricas como La cucaracha, apasionadas como La valentina y La Adelita
y profundamente nostálgicas como la Canción Mixteca, que empezó a difundirse al
fin de la lucha.[5] Es
también importante señar que las marchas como la de Zacatecas, eran canciones
que se escuchaban cuando alguna ciudad era tomada en señal de gloria de los
generales victoriosos, para esta ocasión tan especial dentro de las filas de
los batallones se encontraban músicos a los que no les importaba morir tocando
sus instrumentos dentro de la banda de viento que acompañaba la lucha, con
melodías que aompañaban a los que iban muriendo en la lucha. Cabe señalar que estas canciones son de autores de escuelas de música renombrados que
trajeron nuevas formas y estilos sonoros que se relacionaron con la cultura
mexicana a partir de 1910 y especialmente durante los años 20´s.
Los
corridos, nacidos en el pueblo y cantados por el pueblo, símbolo de unión, de
lucha, iconos importantes del nacionalismo mexicano y popularizados en la
segunda mitad del XIX por artistas como Jorge Negrete, Pedro infante, Antonio
Aguilar, y muchos otros que deben su fama a la música del pueblo, sin embargo
en sus inicios el corrido podría ser escuchado por cualquiera que se encontrara
en el camino y que fueron de gran importancia para mantener el espíritu de la
Revolución. Música para el alma y aliento para el espíritu porque la gente se
sentía parte de la revolución con solo oírlas narraciones de los corridos.
Por último,
lo que se puede decir de los corridos es que fue un genero de muchos alcances,
que se creó en el pueblo como protagonista y que este mismo fue el que mayor
importancia le dio y gracias a él este género pudo meterse dentro de los
géneros musicales con mayor rapidez haciendo que se volteara hacia ellos en una
época en la que la música había tenido un desarrollo distinto es caminado a la
modernización musical.
Sin
embargo lógico es que si se cuenta dentro de una canción las hazañas de los
personajes que la gente conoce o a escuchado hablar de ellos, es mas fácil que
se grabe una canción en el pensamiento, cosa que no pasaba con interpretes
extranjeros que venían a probar su fama en un México en el que el nacionalismo
era de gran importancia, y se tenían que incluir canciones en regionales mexicanas
en su repertorio, teniendo como resultado una mala interpretación que
desalentaba al publico que los escuchaba.

También
la gente analfabeta puede conocer a los personajes de la revocación cuando
escucha las canciones ya que cono se menciono antes, pueden poner en su
imaginación las imágenes de las batallas y las características de los
personajes que se narran dentro de ellas haciendo del corrido el material
didáctico sonoro por excelencia.
Fuentes:
Karolyi.
Otto, Introducción a la música del siglo
XX, Alianza editorial. Madrid ,
2000. Morales Salvador, La música mexicana, ed. Universo, México, 1981.
Moreno Rivas Yolanda, Rostros del nacionalismo en la música
mexicana, Fondo de Cultura Económica, México, 1989.
Moreno Rivas Yolanda, Historia de la música popular mexicana, Alianza editorial mexicana,
México D.F., 1979
Mendoza,
Vicente. El corrido mexicano.
Colección popular. FCE. 1974
Herrera,
Frimont. Los corridos de la revolución mexicana. Tomo 133. Enciclopedia
popular. SEP. México. 1946
[1]
Mendoza, Vicente. El corrido mexicano. Colección popular. FCE. 1974. p.9
[2]
Moreno Rivas Yolanda, Historia de la música popular mexicana,
Alianza editorial mexicana, Mexico D.F., 1979, pag. 31
[3]
Moreno Rivas Yolanda, Historia de la música popular mexicana,
Alianza editorial mexicana, Mexico D.F., 1979, pag. 31
[4]
Morales Salvador, La música mexicana, ed. Universo,
México, 1981. Pág. 20
[5]
Morales Salvador, La música
mexicana, ed. Universo, México, 1981. pág. 50
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